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La epigenética es una rama de la ciencia que relaciona entorno y genoma. Es lo que está alrededor de la genética, el ambiente que hace que los genes se expresen de una forma o de otra. Y en ambiente se incluyen además del medio ambiente, los pensamientos conscientes, las emociones y las creencias ya sean conscientes o inconscientes, los estados de ánimo, etc.
Hoy en día todos damos por válido que los cambios en el medio ambiente conducen a una nueva necesidad de adaptación por parte de los seres vivos y que estos cambios producidos son heredados por las sucesivas generaciones. Esto lo vemos por ejemplo en los diferentes rasgos de las diferentes razas del ser humano, en dónde unas tienen la piel más clara que otras, unas tienen el pelo rizado mientras que otras lo tienen ondulado o lacio, y así podríamos seguir. Sin embargo, me creeríais si os dijera que también tenemos codificado en nuestros genes otros rasgos o características como pueden ser la tendencia a la depresión, al alcoholismo, a ser creativo, a la alegría, al entusiasmo y muchas otras. Son rasgos tanto heredados de nuestro transgeneracional o ancestros, como generados por el medio en el que nos movemos.
El primero que postuló esta teoría fue Jean Baptiste Lamarck, padre de la teoría de la evolución. Pero no siempre fue así.
En los principios fueron Watson y Crick quienes descubrieron el ADN en 1953, pero por aquel entonces, el sistema de información era unidimensional. El ADN hace una copia de un gen que es llevado por el ARN, y es el ARN el encargado de generar la proteína correspondiente. Sin embargo, las proteínas no eran capaces de enviar la información del ambiente de vuelta al ADN, por lo tanto, el medio ambiente no era capaz de modificar el ADN.
Sin embargo, fue Temin, con su descubrimiento de la Transcriptasa Inversa, quien demostró que el flujo de información era bidireccional debido a que esa enzima copia la información del ARN al ADN. ¡Por fin se había demostrado lo importante del medio en el que se vive!
Otro proceso importante a la hora de modificar la información en nuestro ADN es la metilación. El ADN está recubierto por una capa de proteínas formando una especie de funda, los radicales metilo se adhieren a estas proteínas actuando de interruptor de la información, bloqueando y desbloqueando regiones del genoma que desactivan o activan genes o programas.
Así, la información fluye en ambas direcciones, del ADN a las proteínas y de las proteínas al ADN. Los genes pueden ser activados y desactivados por señales del medio ambiente. Los genes cambian su expresión en función del entorno.
Por ello, no somos víctimas de un programa hereditario, sino que podemos y debemos hacer algo para mejorarlo activando otros programas más beneficiosos para nosotros.
También hay que resaltar la importancia del estado de la mamá y del bebé al inicio del embarazo. Pues se ha demostrado que los patrones de metilación son especialmente activos en las células germinales y en el desarrollo embrionario temprano, pasando luego a ser más estables. Y no quiero olvidarme tampoco de la importancia del estado de ánimo y bienestar de la mamá (y del papá) y de su entorno cuando se está dando el pecho, pues si la madre da el pecho estando estresada o pensando en otras cosas, eso se transmite al bebé por la leche.
Por esta razón, ya no sirve hacerse la víctima, basta ya de pensar que como tus padres, abuelos y demás familiares tuvieron esta u otra enfermedad, tú también la vas a heredar sin remedio. Eres tú y tus creencias, las que manifiestan unos pensamientos, sentimientos y emociones las que generan un cambio en el ambiente, y por tanto influyen en la manifestación de unas u otras características.
Según Bruce Lipton. «No son nuestras hormonas ni los neurotransmisores producidos por los genes los que controlan nuestro cuerpo y nuestra mente; son nuestras creencias las que controlan nuestro cuerpo, nuestra mente y, por tanto nuestra vida.”
Para hacer más hincapié sobre la importancia del medio ambiente, incluidas como ya hemos visto nuestras emociones, creencias y estado de ánimo entre otros, quiero dejar aquí tres experimentos. Los dos primeros demuestran como los seres vivos son capaces de realizar modificaciones anatómicas, por ejemplo en el tamaño de las células nerviosas y de las conexiones entre ellas, modificando así la calidad y cantidad de la información transmitida. Y el tercero que demuestra que incluso organismos primitivos pueden evolucionar a medida que el ADN cambia en respuesta al medio que les rodea, en este caso la membrana de las células contienen los receptores que captan las señales ambientales y controlan la lectura del código genético o genes.
Experimento 1: Se pusieron 2 ratas de laboratorio en un laberinto. La rata 1 había vivido en condiciones normales y la rata 2 siempre había estado dentro de una jaula dentro de una cámara oscura. Cada rata se colocó 5 veces delante de la entrada de un laberinto. La rata 1 cada vez utiliza menos tiempo para salir del laberinto, mientras que la rata 2 nunca llegó a encontrarlo. Se diseccionaron las ratas y se constató que todo estaba más desarrollado en la rata 1 excepto la distancia entre las neuronas que era menor, todo ello hacía que la respuesta de la rata 1 fuera mucho más rápida que la 2.
Experimento 2: Durante el verano los biólogos observaban los pájaros y vieron que sólo cantaba el macho. Estudiaron su sistema nervioso y sus células eran más grandes y fuertes que la de la hembra. Sin embargo, durante el invierno ni los machos ni las hembras cantaban. Estudiaron el sistema nervioso, y ahora ambos eran iguales. Se habían adaptado a las estaciones del año.
Experimento 3: (John Cairns, biólogo molecular británico). Cairns tomó bacterias Escherichia coli cuyos genes eran incapaces de digerir la lactosa, la enzima necesaria para digerir el azúcar de la leche, y los colocó en platos de Petri, donde el único alimento presente fue la lactosa. Al principio, las bacterias dejaron bruscamente de multiplicarse pero al cabo de algunos días empezaron a aparecer numerosos mutantes que sí podían asimilar la lactosa. El problema, era que el número de mutantes era tan numeroso que no podían ser explicados únicamente por la teoría de las mutaciones al azar. Las bacterias estaban aprendiendo a generar sus propias mutaciones útiles a través de un proceso evolutivo. El ADN bacteriano había cambiado en respuesta a su entorno.
«Lo contrario a lo que muchas personas están creyendo, si se pone mucho énfasis en los genes se puede determinar que el comportamiento humano no es más que la teoría y la doctrina,» dice Konstantin Eriksen «Somos libres de tomar decisiones que afectan nuestras vidas y las de los demás… Nuestras creencias pueden cambiar nuestra biología. Tenemos el poder de sanarnos nosotros mismos, aumentar nuestros sentimientos de autoestima y mejorar nuestro estado emocional.»
Información obtenida principalmente de Bioneuroemoción (Enric Corbera), Dentosofía (Michel Montaud).
Autora: Sol Shambala